viernes, 31 de agosto de 2018

Educando con el corazón | Dr. Roberto Rosler.

Mediante pequeños gestos, los docentes pueden generar pensamientos y reacciones muy favorables para el cableado cerebral de sus alumnos. 

Un cerebro cableado con determinación


¿Cómo decide un chico colorear bellos dibujos con sus lápices rotos? ¿Por qué algunos niños superan las circunstancias adversas mientras otros caen víctimas de su ambiente? ¿Es su genética? ¿Algunos niños simplemente tienen un poder mágico y otros son menos afortunados?

Yo no creo esto. Considero que la respuesta está en las relaciones que puedan establecer. Las relaciones positivas modifican la forma en la que pensamos. Actúan como anclas que estabilizan la mente y el corazón.

El cerebro es un poderoso órgano controlado por nuestros pensamientos. Y si nuestros pensamientos controlan nuestro cerebro, y nuestro cerebro controla todos los órganos de nuestro cuerpo, somos capaces de recablear nuestro sistema nervioso y, por lo tanto, nuestras mentes.

Los esfuerzos que hacemos los educadores (nuestros abrazos, nuestra bondad, nuestro afecto y nuestro compromiso con el aprendizaje de nuestros alumnos) soplan las brazas de los pensamientos positivos de nuestros estudiantes, generando fuertes conexiones sinápticas en sus cerebros.

Estas conexiones sinápticas positivas se convierten en una firme red de determinación que actúa como un escudo que ayuda a bloquear los pensamientos negativos.

En otras palabras, les enseñamos a nuestros estudiantes a pensar de una forma diferente y una vez que ellos han experimentado esta nueva forma de pensar pueden controlar sus pensamientos.

¿Es usted capaz de ayudar a sus estudiantes a que recableen sus cerebros y a que generen una red de pensamientos positivos?

¡Absolutamente!

¿ Cómo ?

Demuéstreles que usted se preocupa por ellos:

• Llámelos por su nombre. A veces nos olvidamos cómo escuchar nuestros nombres nos hace sentir que somos valorados. Simple, pero profundo.
• Deles la bienvenida con abrazos, un chócame los cinco o un simple “¡Buenos días!”.
• Pregúntele sobre sus intereses personales: “¿Cómo te fue en el partido de ayer?” O “¿Cómo te sentís?”.
• Deje notitas sorpresa compartiendo cuánto aprecia algo que han logrado o descubierto.